Hace 40 años, desde que era niño, el niño que nunca he dejado de ser, soñé con que era posible un lugar en el que tuviesen un sitio de honor aquellas personas que, por la razón que fuese, se largaron de puntillas y aburridos de una iglesia que no hablaba su mismo lenguaje. Hoy sigo soñando y, en mis sueños confío que puedas ser una de esas personas que se han ido pero aún creas que, en lo más profundo de ti, todavía vive Uno que tú y yo sabemos.
Los sueños son posibles en el corazón de los niños y éste es mi sueño, hablar a quien tenga corazón de niño. Y lo único que quiero decir es que: ¿estaremos olvidando, poco a poco, que, en el fondo, somos MUY BUEN@S?
Te deseo de todo corazón, que tu sueño tenga el final que ese día soñaste. La labor que haces solo alguien con un corazón como el tuyo la llevaría a cabo.
ResponderEliminarBendito sea Dios que te ha elegido como instrumento de su Amor, para que hagas la realidad, un sueño que no es sólo tuyo sino compartido por muchos. Puede que nunca vaya físicamente en ese lugar, pero su sola existencia es un motivo de inmensa alegría, porque es una puerta abierta a la Esperanza.
ResponderEliminarBendito seas, porque has benido a ayudar a los hombres en nombre de Dios
ResponderEliminarSabes unha cousa?, o corazón de moitos de nós está como esa casa fai uns anos, derruído, abandoado e valeiro. Tí empezaches a restauración ,non pediches mans pero van chegando . Saber que esa porta está aberta, que hai xente traballando, axuda.
ResponderEliminar